Hemos ganado años a la vida. Somos más longevos, vivimos más, pero no se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor. Esto también incluye el tramo final de vida.
Los profesionales de los Equipos de Soporte de Cuidados Paliativos del Hospital Sociosaniario de Hospitalet desarrollan un conjunto de actuaciones coordinadas dirigidas a facilitar una atención integral centrada en la persona que responda de manera efectiva a las múltiples necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales de los pacientes en situación terminal y sus familiares.
El equipo de Humanizza ha recibido el encargo de aplicar estrategias de innovación para la humanización del tramo final de vida. ¿Cómo nos enfrentamos a un reto de estas características?
Es un proyecto en el que estamos trabajando actualmente y lo primero que se ha hecho son unas sesiones de metodología design thinking con profesionales, pacientes y familiares. Escuchar las necesidades de los usuarios es fundamental antes de plantear ningún cambio.
Plantear la humanización del modelo de los cuidados paliativos es averiguar qué dosis de verdad se debe dar al paciente, cuál a la familia, qué formas de comunicación son las más adecuadas, qué pactos de silencio hay que batallar, cómo gestionar el miedo de muchos, la negación de otros y la ira de alguno entre otros muchos aspectos.
Desde este enfoque, y gracias a la interacción entre profesionales, pacientes y familiares se ha creado un cuadro de acciones a implementar, ordenados como un semáforo: verde las acciones más necesarias y al mismo tiempo fáciles de implantar, las de color ámbar, que serían soluciones a medio plazo y las de color rojo que implican mayor inversión de tiempo y dinero, que sería acciones a implementar a largo plazo.
Como primera experiencia piloto se ha presentado un prototipo de kit de bienvenida que se entrega en el momento del ingreso, donde el paciente tiene elementos para poder comunicar sus decisiones.
Este kit contiene una serie de fichas que funcionan a modo de check list, donde el paciente puede elegir cómo establecer la comunicación, de qué manera y con quién la comparte; puede elegir sobre las comidas, sobre los protocolos y en qué caso es necesario flexibilizarlos asumiendo el riesgo, sus necesidades emocionales, su propio diseño del momento de final de vida, etc.
Todo este sistema ha propiciado una renovación integral de los espacios pero también ,y es lo más importante, un rediseño de los servicios: un espacio donde se funden la humanización y la innovación.
